
Iván Carrino
Venezuela está sumida en el caos. Las imágenes que llegan desde el país caribeño son de una convulsión social inocultable. Al mismo tiempo, el gobierno radicaliza su postura, confirmando cada vez más su carácter de dictadura.
En términos económicos, la situación es verdaderamente delicada. La inflación superará el 700% anual este año, la brecha entre el dólar oficial y el del mercado paralelo es de 49.000%, las reservas internacionales cayeron USD 20.000 millones en los últimos 4 años, la escasez afecta a todas las clases sociales y la producción nacional se derrumba.
El resultado es el éxodo de los venezolanos que pueden ahorrar para comprar un pasaje de avión. En España y EE.UU., los venezolanos son la primera nacionalidad en pedir asilo, por encima de países que atraviesan guerras como Siria.
JUAN RAMÓN RALLO
Macron no va a traer cambio relevante alguno a Francia. Es parte del mismo 'establishment' socialdemócrata que lleva gobernando ese país desde el final de la II Guerra Mundial: mantenimiento de una economía de mercado hiperregulada dentro de un Estado de bienestar sobredimensionado
MARÍA MARTY
Murieron Stalin, Mao, Chávez y Fidel Castro, y morirán algún día Maduro, Raúl Castro, Kim Jong-un, y el resto de los actuales líderes socialistas. Pero volverán a aparecer nuevos “mesías” ansiosos por representar e imponer el ideal socialista, mientras la raíz filosófica que le da vida continúe sin ser cuestionada.
MARCELO DUCLOS
Existe la creencia general de que conseguir un trabajo es “un derecho” que, lógicamente, tiene que estar garantizado por el Estado. Si uno niega esta afirmación pareciera estar reconociendo que desea que la gente no pueda conseguir un empleo. Todo lo que consideramos como positivo no puede estar garantizado por Ley. Algunas cosas por imposibilidad de poder proceder con la implementación concreta del derecho, otras por afectar derechos de terceros y, en este caso, por las dos cosas juntas.
Los modelos legales que han funcionado han tratado de garantizar la libertad de los individuos y reservaron el uso del aparato represor a quienes atenten contra esa libertad. Esta máxima se encuentra en la sabiduría de los Padres Fundadores de los Estados Unidos quienes destacaron la necesidad de la “persuit of happiness”, es decir la “búsqueda de la felicidad”.
La contracara es tratar de garantizar la felicidad directamente. Esto se encuentra en las legislaciones que “garantizan” los derechos al trabajo, salarios mínimos, imposibilidades de despido e indemnizaciones. Las intenciones en este sentido han sido tan absurdas que en América Latina se han llegado a proponer con carácter constitucional los derechos al orgasmo femenino y que la tasa del interés no supere el 3%.
Existen ciertas cuestiones científicas en materia económica que justifican el éxito del primer modelo sobre el segundo que son necesarias detallar para explicar porque el derecho a conseguir un empleo es mucho más eficiente que el derecho al empleo en sí.
Lo que determina los salarios y las fuentes de trabajo en una economía es su capitalización. A mayor capital invertido, mayores posibilidades de fuentes de trabajo y mejores salarios. La capitalización está asociada a la producción y por lo tanto a los márgenes de ganancias. Un obrero que cuente con una máquina agrícola será más productivo que uno que se encuentra arando con una pala, de la misma manera que uno que tenga la pala será más productivo que uno que lo esté haciendo con sus manos. Resultado de esto, el empleado productivo demandará más y mejores servicios en la economía que el de la pala, que probablemente trabaje solo para su subsistencia.
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