Economía

EDUARDO BOWLES 

La Comisión Económica para América Latina (Cepal), en su reciente informe Panorama de la Inserción Internacional de la Región, ha descrito el sombrío horizonte económico que se cierne sobre los países, fundamentalmente, del hemisferio Sur. De hecho, se hace hincapié en el peor desempeño exportador de la región, entre 2012 y 2015, en ocho décadas. El asunto no es casual. Por el contrario, obedece a la conjunción de al menos tres factores que se han ido presentando cada vez más adversos: El precio de las materias primas, las condiciones de liquidez y el dinamismo del comercio internacional. Sin duda, ello resulta nada alentador si se considera el actual modelo exportador regional.

LUIS CHISTIAN

Un análisis, que podemos encontrar en la red, llamado: “En Bolivia, ni las empresas pagan impuestos, ni el sector hidrocarburífero es el que más contribuye” de Gustavo Marcelo Rodríguez Cáceres nos ayuda a entender que los ingresos con los que se sostiene el país provienen de los impuestos pagados por el pueblo (IVA, IT, IEHD, ICE, etc.), y, que aunque los montos provenientes de las utilidades de las empresas (15%) y de los hidrocarburos (30%) se triplicaron, no se puede comparar con el monto que pagan las personas, estos montos que han aumentado aproximadamente en 261% entre 2006 y 2013 y significa casi el 55% de todas las recaudaciones. No es el sector de hidrocarburos, el que más contribuye al país, aunque los personeros de la administración tributaria junten en un solo monto el IDH, IEDH, IVA e IT y lo presenten como “por hidrocarburos”, no se refleja adecuadamente la realidad.

RODOLFO EROSTEGUI 

Hace unos meses atrás afirmamos que las inspecciones estatales, sin importar de qué institución se trate, Trabajo, Impuestos, municipios, etcétera, iban de cacería al zoológico. Es decir, sólo hostigaban con inpecciones y multas a todos aquellos que estaban en sus registros. Los otros bien, gracias.

ADRIÁN RAVIER 

El Ministro de Hacienda, Alfonso Prat Gay parece —por momentos— confundir el camino. En mi última columna en Infobae ofrecí una síntesis de lo que fue un buen primer mes de gobierno, pero en sus últimos discursos comete importante errores, tanto de forma como de fondo, que transmiten confusión a los mercados.

Errores de forma

Mauricio Macri realizó una inteligente campaña buscando consensos y creando en los argentinos una concientización por la unidad. No significa ello respetar a cada argentino en su voluntad de administrar la cosa pública de determinada manera por las obvias contradicciones que esto generaría, pero sí —al menos— respetar las formas, cuidar el lenguaje en los comunicados y evitar los enfrentamientos innecesarios.

Prat Gay señaló que “la basura es mucha y no es nuestra, la dejó el kirchnerismo, pero estamos dispuestos a limpiarla”, a lo que luego agregó que “no vamos a dejar la grasa militante, vamos a contratar gente idónea y eliminar ñoquis”.

La ofensa es claramente innecesaria. Coincido con el análisis de fondo que sostiene que existe hoy un sobreempleo público fenomenal, que es necesario desmantelar. Pero no quiere decir ello que entre la gente que deba despedirse no haya gente idónea, o que todos sean ñoquis, sino que las funciones que cumplen, bajo este nuevo gobierno democrático, se deciden dejar sin efecto. Ha cambiado el modelo económico hacia uno que cree en la capacidad del mercado para crear empleo, y para permitirlo, es necesario reducir la carga tributaria que recae sobre él, lo que a su vez implica reducir la órbita del estado, lo que implica despedir a algunas personas.

Errores de fondo

Claro que este mensaje es mío, y no del Ministro. Prat Gay no cree realmente en el mercado, al que ya ha identificado como una selva, ni cree realmente que sea necesario reducir la órbita del estado o la presión tributaria. Hubo excesos puntuales que se decidieron corregir como los identificados en la nota anterior, pero el avance hacia una “economía social de mercado” le costará a cada paso.